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La responsabilidad del coleccionismo

Aunque ella se defina como coleccionista, Cindy Mack la calificaría también como artista. Y es que Patricia Phelps de Cisneros es una mecenas venezolana para la que “coleccionar es un placer, pero sobre todo es una responsabilidad. La responsabilidad de investigar, de generar conocimiento y de compartirlo con los demás”. He aquí algunos fragmentos de una reciente entrevista.

Retrato de Patricia Phelps en el Caixa Fòrum de Barcelona, por Xavier Cervera.

Retrato de Patricia Phelps en el Caixa Fòrum de Barcelona, por Xavier Cervera.

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Pese a su magnitud, la Colección Patricia Phelps de Cisneros no cuenta con una sede permanente de exhibición. ¿Cuál es la razón?

La decisión de no construir un museo propio la tomamos muy tempranamente. No hubo dudas. Nos dimos cuenta de que la mejor manera de servir a nuestra misión, la de dar a conocer el arte y la cultura latinoamericana, era creando un programa muy activo de préstamos. Que las obras viajaran de aquí para allá y pudieran ser contempladas por un público lo más numeroso y diverso posible. En este momento debemos tener entre 400 y 500 piezas viajando por el mundo.

Una apuesta valiente. Hasta los museos son cada vez más reticentes a que las obras salgan de sus edificios.

Es que no tengo ningún sentido de la propiedad, no la merezco. Siento que estoy aquí, en este mundo, para cuidar estas obras, para darlas a conocer, para estudiarlas, para servirlas… Para servir al público que esté interesado… Coleccionar no es acaparar un cierto número de objetos sin sentido. Lo fácil es comprar. Lo dificultoso es cultivar el conocimiento de lo que atesoras. Y en este sentido no se me ocurre mejor aliado que un museo. ¿Qué mejor paredes para mostrar nuestras obras que el MoMA, la Tate, el Macba o la Fundació Miró, donde presté una Constelación para la gran exposición Miró? Y volviendo a su pregunta anterior, el por qué no tenemos un museo, le diré también que no me parece justo imponerles ese legado a nuestros hijos. No sería correcto pedirles que se hagan cargo de la colección cuando sus intereses pueden ir por otro lado…

Esa voluntad pública de la colección, ¿existía ya en el origen o se fue gestando poco a poco? ¿Qué es lo que despertó sus ganas de compartir?

Mis padres no eran coleccionistas, aunque el coleccionismo siempre formó parte de mi vida gracias a mi bisabuelo, William Henry Phelps, ornitólogo e intrépido explorador, que reunió la colección privada de aves tropicales más extensa del mundo. Era muy riguroso en los procesos de conservación y documentación. Creo que de ahí viene mi impulso por coleccionar y también la idea de que poseer sólo es una faceta del coleccionismo y que el estudio, el cuidado y la difusión del conocimiento es lo que lo que enriquece el proceso. Pero en todo caso nunca me propuse ser coleccionista o hacer una colección. Ha sido algo muy orgánico que ha ido creciendo poco a poco. La colección Orinoco, por ejemplo, nace a raíz de nuestras expediciones por el Amazonas venezolano, cuando nos damos cuenta de que la cultura de los pueblos indígenas estaba desapareciendo. Y es entonces cuando lo que hasta entonces habían sido recuerdos de viaje empiezan a formar parte de una colección sistematizada pensada para preservar una cultura y darla a conocer a los demás. La colección Orinoco cuenta hoy con 1.400 objetos etnográficos de doce grupos indígenas y la han visto más de siete millones de personas en todo el mundo. Me siento muy orgullosa. Pero usted me preguntaba por el origen, y creo que tiene que ver con la Venezuela en la que me crié.

¿Cómo recuerda la Venezuela de los años 50?

Era un escenario de incomparable modernidad, producto de la riqueza petrolera. Vivimos rodeados de arquitectura moderna.. Pienso por ejemplo en las Nubes flotantes de la Universidad de Venezuela, que es el Calder más grande del mundo… Yendo al colegio podías ver obras de grandes artistas como Alejandro Otero, Gego, Carlos Cruz-Diez, todo eso marca una sensibilidad, claro.

Hasta ahora ha hablado de responsabilidad, pero imagino que en el coleccionista hay también mucho placer.

Sí, claro, el placer de descubrir o de seguir una obra, el placer de encontrarla, de adquirila , de disfrutarla, el placer de la mirada es importantísimo. Es divertido y te llena el alma. Aunque las obras que adquirimos son para el acceso público, el placer de tenerlos para tu mirada, en tu propia casa, antes de que salgan al mundo, es un placer enorme. No hay obra que no ame.

¿Cuál ha sido su última adquisición?

Una obra de un joven artista de 18 años comprada hace unas semanas en Maracaibo. No diré su nombre, nunca lo hago, para no ser injusta con el resto. En la actualidad estamos apostando por artistas no ya emergentes sino preemergentes,.. Tenemos una suma de dinero muy modesta que es la que estamos dispuestos a gastar, porque eso nos obliga a buscar, a descubrir nuevos talentos. En el tope está el reto. Es más arriesgado pero hasta ahora he disfrutado de todas las obras que hemos comprado.

¿Todas cuelgan en un momento u otro en su vivienda?

Sí, prácticamente todas, Y a veces las más valiosas no están en el salón, a la vista de todos, sino en mi dormitorio.

El MoMA, la Tate, el Pompidou están comprando mucho arte latinoamericano… El director del Reina Sofía, Manolo Borja-Villel, tiene también la mirada puesta en Latinoamérica. ¿A qué responde este interés de pronto tan generalizado?

La aspiración final es que cuando tengamos otra entrevista dentro de diez o quince años ya no tengamos ya que hablar de la promoción de los valores culturales latinoamericanos porque su arte esté ya integrado en los museos. Esa es una batalla que está ya librada en lugares como el Macba, donde desde el principio en sus paredes cuelgan artistas sin importar su procedencia geográfica. Me encanta ese museo y mantenemos con él una relación estrechísima. Es lo mismo que sucedía en los primeros años del MoMA… Y estoy muy ilusionada con la Fundación Museo Reina Sofía, me parece un sueño muy hermoso el que impulsa Manolo Borja-Villel, la creación de una red de museos y coleccionistas del Sur con Madrid como eje central. Será algo grande, seguro.

¿Es el gran momento de Latinoamérica?

Sí, sin duda, y en ello también tiene que ver, qué duda cabe, el boom económico que está viviendo prácticamente toda Sudamérica, con algunas excepciones. Eso está provocando un renovado interés, aunque siempre he pensado que para Europa Latinoamérica ha sido una parte integral de su conciencia y ahora están intentando integrarlo. ¿Por qué ahora? Los medios de comunicación, con internet a la cabeza, hace que nos volvamos más hermanos, más curiosos los unos hacía los otros. Latinoamérica tiene que dar mucho en cultura y en arte. Siempre hemos estado en la vanguardia. Incluso en la época de la colonia Venezuela produjo muebles como la butaca, cuyo origen es la silla indígena, reclinada hacia atrás. Hasta entonces las señoras, con sus enormes vestidos, se sentaban en el extremo de la silla, de lo más formales, y colocaban la butaca en el dormitorio, para relajarse. Es un pequeño detalle, pero ese es un ejemplo de algo muy vanguardista que luego daría la vuelta al mundo. Cuando nos fuimos de llas mujeres las tenían en sus dormitoriso pero se relajaban. Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay… fueron centros importantísimos del modernismo.

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Otros enlaces de interés: acceso a la exposición «La invención concreta» en el Museo Reina Sofía de Madrid.

¿Otro tipo de pictorialismo?

«Keep them sweet» (2010) de Maisie Maud Broadhead (145 x 106,5 cm). Es una de las obras fotográficas que se exponen hasta el 20 de enero de 2013 en la National Gallery de London, dentro de la exposición Seduced by Art: Photography Past & Present. Esta fotografía hace referencia al óleo de Simon Vouet, «La Riqueza», pintado entre 1635 y 1640 (actualmente en el Musée du Louvre). Aún siendo prácticamene iguales -dejando aparte los pañales-, llama la atención que la fotografía resulte más estática que la pintura.

Cara a cara en Valladolid

La Sala Municipal de Exposiciones San Benito de Valladolid inaugurará mañana miércoles la muestra ‘Cara a Cara‘, formada por más de un centenar de obras fotográficas pertenecientes a la prestigiosa Fundació Foto Colectania de Barcelona. Obras de creadores como Cristina García Rodero, Alberto García-Alix, Juan Manuel Castro Prieto, Català-Roca, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Ramón Masats, Humberto Rivas, o Javier Vallhonrat podrán verse en esta muestra única «realizada especialmente para Valladolid», según ha confirmado la Fundación Municipal de Cultura en un comunicado recogido por Europa Press.
La fotografía cambió la manera de mirar y pensar el arte por conceptos tan elementales como la captación del instante, el movimiento y la perspectiva y los retratos en la pintura también sufrieron a mediados del siglo XIX la transformación provocada por la fotografía: por un lado con la democratización de las Cartes de Visite y, por otro, por el cambio de paradigma que suponía posar durante segundos y no durante largas sesiones que duraban varios días.
Esta exposición nos recuerda que «la fotografía de retrato ha sido uno de los géneros más atractivos de este medio porque nos remite a algo muy próximo: nosotros mismos y los otros».
Cara a cara‘, que podrá visitarse hasta el 13 de enero de 2013, quiere ser un repaso por diferentes subtemas de este género como los primeros planos, los retratos de grupo, la gestualidad corporal, los niños y adolescentes, los personajes célebres o los autorretratos y, además, es también un recorrido por la fotografía española desde los años 50 hasta hoy a través de la colección de la Fundació Foto Colectania.
Humberto Rivas repetía que en las sesiones fotográficas, precisamente por la consciencia del retratado ante la cámara, se establecía una disputa, a veces una dura lucha, entre la imagen que quiere mostrar el retratado y aquello que pretende desvelar el fotógrafo. Los fotógrafos saben que en este cara a cara suele haber un vencedor.

Gervasio Sánchez, Desaparecidos

Foto de la muestra «Desaparecidos», del fotoperiodista Gervasio Sánchez (EFE).

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) acoge desde hoy una exposición del fotografías de Gervasio Sánchez tomadas entre 1998 y 2010 sobre la desaparición forzosa de personas en países como Chile, Argentina, Perú, Colombia, El Salvador, Guatemala, Iraq, Camboya y Bosnia-Herzegovina.

Fuentes del CCCB han aclarado que la exposición «Desaparecidos» consta de 335 fotografías que Gervasio Sánchez ha organizado en tres exposiciones que se podrán ver simultáneamente en Madrid, León y Barcelona, y que incluyen asimismo instantáneas sobre la recuperación de cadáveres de desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura del general Franco en las fosas comunes abiertas en los últimos años en España.

El Museo de Arte Contemporáneo de León inauguró el pasado sábado la muestra, el CCCB abre sus puestas al público hoy y la Casa Encendida de Obra Social Caja Madrid lo hará mañana.

«Desaparecidos» es un viaje aterrador por el lado más inhumano de la condición humana, que documenta algunos de los miles de casos de personas que luchan por encontrar a sus seres queridos, por averiguar quién los mató o por conseguir justicia.

Sánchez ha fotografiado el desconsuelo de los familiares de los desaparecidos a lo largo de todo el planeta, pero cabe destacar el dramatismo de las fotografías realizadas en la fosa de Al Mahwil (Iraq), donde en mayo de 2003, un mes después de la caída de Saddam Hussein, se abrió una fosa común con 3.000 seres personas -hombres, mujeres y niños- asesinados todos con un disparo en la cabeza.

El periodista rememora el dolor de quienes se acercaban para reclamar los huesos de un padre, un hermano, un abuelo o un primo y se marchaban cargando bolsas de plástico, como si vinieran de hacer la compra.

En las dictaduras de Chile, Argentina o Uruguay, así como en las democracias de Perú y Colombia, se utilizaron las desapariciones de personas, que provocan un gran impacto social y dejan una huella psicológica permanente en la conciencia de los familiares.

Los españoles también fueron víctimas de esta práctica sanguinaria durante la Guerra Civil y la dictadura del general Franco y parte de los familiares de las personas asesinadas todavía reclaman conocer el paradero de los restos de sus seres queridos.

La muestra se completa con la edición de sendos libros, «Desaparecidos» y «Víctimas del olvido», que incluyen una selección de las fotografías expuestas y una colección con 300 retratos de familiares de personas desaparecidas en diferentes lugares del mundo.

La Vanguardia, 1 de febrero de 2011

Enlaces relacionados:  «Desaparecidos» en el CCCB, blog de Gervasio Sánchez Los desastres de la guerra, artículo de cuando le concedieron el Premio Nacional de Fotografía en el año 2009.

La mejor foto de Jason Bell

Jason Bell, nacido en Londres en 1969, es un reconocido fotógrafo especializado en retratos, de formación autodidacta. Hace dos meses en My best shot reveló que considera la fotografía reproducida abajo su mejor toma, y explicó por qué.

Stephen Fry en un hotel, de Jason Bell.

Fue una de las primeras fotos de Stephen Fry desde que abandonó Cell Mates. Encontré este sitio y le pedí que aparentara estar nervioso.

Tres años antes de que hiciera esta foto, Stephen Fry actuaba en Cell Mates en el West End. Después de una mala crítica, se puso nervioso y se esfumó. Se armó un gran revuelo, todo el mundo quería saber a dónde se había ido. Lo encontraron escondido en Bélgica. El incidente sacó a la luz su transtorno bipolar.

En 1998 me encargaron que fotografiara a Fry para el Sunday Times. Era más o menos la primera vez que le fotografiaban desde entonces. Era una de esas sesiones difíciles en las que te envían para encontrarte con alguien en una habitación de hotel. Estos planes siempre me resultaban un fastidio: siempre había unas cortinas feas arrugadas en el fondo, sólo tenías unos pocos minutos, y todo era bastante estándar, con cinco fotos consecutivas en la misma habitación. Pero es un reto: tienes que conseguir una imagen que sea diferente a las de todos los demás.

En estas situaciones voy temprano y exploro el lugar. Vi las columnas y pensé «Aquí hay algo». Había planeado algo más clásico; considero a Stephen muy culto, así que quería un poco de gravitas. Cuando él miró a través de las columnas recuerdo que dije «Eso es muy bonito, ahora ¿podrías parecer un poco más nervioso?», cosa que hizo inmediatamente. Supe que era una buena foto. Fue un accidente oportuno, pero cuando mejoras, tienes más accidentes oportunos. La habilidad radica en utilizar los imprevistos a tu favor. Alguien me sugirió que presentara la fotografía a un concurso, y ganó un premio British Picture Editors.

Cuando fotografías a un famoso hay mucho follón a su alrededor: publicistas, estilistas, maquillaje y peluquería. Es más difícil conseguir algo de tú a tú. Además, los han fotografiado tanto que están muy entrenados en cómo desean mostrarse; es difícil lograr una nueva imagen de ellos.

En los tiempos en que cargaba película, siempre advertí que una vez bajada la cámara, la cara de la persona siempre cambiaba -entonces la observaba más atentamente. Se podía ver lo que eran en realidad. Luego cogía la cámara e intentaba recrearlo. Yo no soy un fotoperiodista; soy un observador y soy muy mandón. Se infunde una gran confianza en el sujeto si eres preciso sobre lo que quieres. Para ellos es más fácil confiar en ti.

por Andrew Pulver, para guardian.co.uk, 21 julio 2010

Enlaces de interés:

– Website de Jason Bell.

–  Exposición sobre la obra de Jason Bell, An Englishman in New York: Photographs by Jason Bell, hasta el próximo 17 de abril en la National Portrait Gallery (Galería Nacional del Retrato) de Londres.

– Versión original en inglés del artículo traducido, aquí.

Inteligencia ecológica expuesta en Madrid

Conseguir que la arquitectura sostenible vaya ganando terreno a los proyectos que, durante los últimos años, se han centrado en entrar por la vista en detrimento del sentido común y del respeto al medioambiente, es el objetivo de la exposición que se desarrolla en la Fundación Canal en Madrid del 26 de mayo al 25 de julio. Algunas de las obras y proyectos expuestos que más me gustan son:

1) el edificio ACROS Fukuoka:

La ciudad de Fukuoka (Japón) necesitaba nuevas oficinas gubernamentales y el único espacio disponible era un parque en el centro de la ciudad que al mismo tiempo era una de sus poquísimas áreas verdes. Emilio Ambasz resolvió la ecuación con el edificio ACROS: 60 metros de altura y un sistema de terrazas que configura una cubierta vegetal, donde coexisten 76 especies vegetales. Un sistema de oxigenar la ciudad mientras se conserva la temperatura del edificio y se ahorra consumo energético.

2) La biblioteca de la Universidad Libre de Berlín:

Conocida por su forma como ‘el cráneo de Berlín’, esta edificación de Norman Foster se ventila de forma natural y filtra la luz solar para permitir su entrada, procurando fomentar un ambiente de concentración. Vale la pena ver su diseño interior.

3) La Editt Tower de Singapur:

Energía solar, aprovechamiento y filtrado de agua, gestión inteligente de los residuos, terrazas vegetales con especies endémicas, reutilización de aguas pluviales y grises… La Editt Tower de Singapur, obra de Ken Yeang, especializado en bioclimatismo, debe su nombre a las siglas de la filosofía que la inspiró: Ecological Design in The Tropics.

4) El Complejo de Mondragón:

Cerca de Mondragón (Guipúzcoa) los daños ocasionados en la naturaleza por una enorme cantera sirvieron a Luis de Garrido para lanzar este proyecto de ampliación de la ciudad y al mismo tiempo recuperar el ecosistema. Un conjunto de viviendas, oficinas y comercios de dimensiones idénticas y en forma de cubo con doble piel de vidrio, autosuficientes en agua y energía geotérmica y solar y construidos con elementos que se pueden desmontar y reparar fácilmente.

5) La Vivienda 100K:

Prototipo Vivienda 100K del italiano Mario Cucinella, que unen a su atractivo estético, bajo precio, materiales de alta calidad, cero emisiones de CO2 y paneles fotovoltaicos que cubren todas sus necesidades de energía y nutren el sistema geotérmico.

Para terminar, dejo el enlace al vídeo de la exposición «Hacia otras arquitecturas. 24 proyectos sostenibles» de la Fundación Canal.

Fuentes: El País, Plataforma Arquitectura, Metaefficient, ArchiDe

Fotógrafo catalán expone en Bangkok

Xavier Comas

Xavier Comas

Los silencios elocuentes de los Pasajeros del metro de Tokio y la finura sensual de las bailarinas Juitamai, mostrados a través del objetivo del fotógrafo catalán Xavier Comas (39 años), han llegado a Bangkok en una muestra que se exhibirá hasta el 31 de julio en el hotel Grand Millennium de la capital tailandesa.

La exposición, titulada «Kokoro to kokoro» («De corazón a corazón», en japonés), se incluye dentro de un programa dedicado a la gastronomía, el arte y la cultura de España organizado en colaboración con la Embajada.

Más detalles aquí.